Los Generadores y la Presión Mental

Cuanto más te dejas llevar por las preguntas del No-Ser, no sólo obtienes mayor cantidad de respuestas que no son ciertas, sino que además tus preguntas continuarán multiplicándose. Cuanto más te preocupas, bueno... más te preocupas.

Cuanto más te dejas llevar por las preguntas del No-Ser, no sólo obtienes mayor cantidad de respuestas que no son ciertas, sino que además tus preguntas continuarán multiplicándose. Cuanto más te preocupas, bueno… más te preocupas. Cuanto más entiendes sobre quien no eres, más razones encuentras para preocuparte. Es por eso que retornar sobre ti mism@, y mantener tu atención focalizada sobre tu dilema mental sea algo natural y sano. “¿Quién soy yo para mí? Ay, mi madre, que no lo sé… Mejor será que espere y me entretenga haciendo algo que me satisface, porque estoy aquí para definirme a través de lo que hago y NO de lo que pienso. Así que déjame ver si encuentro algo que me entretenga mientras no sepa qué es lo próximo que voy a hacer, algo que simplemente ame.”

Quien Soy para MiAsí es como el Generador se mantiene alejado de la frustración que le provoca vivir haciendo todo tipo de cosas para que mañana, nunca ahora, el mundo sea ‘un lugar mejor’. Si eres un Generador, entonces no intentes mejorar tu vida, sino que necesitas aprender a verla y disfrutarla por lo que es, más que por lo que tú piensas que debería ser. Pregúntate si ya hay algo en tu vida de lo que puedes disfrutar ahora mismo. Luego, no lo dudes, ¡hazlo y ya! De eso trata tu dilema mental, y eso es exactamente lo que hace cuando lo utilizas correctamente. ¿Estás formulándote la pregunta correcta?

Si eres un Generador, esa es tu manera de alinear tu conciencia con el modo en que tu forma está diseñada para funcionar en el mundo a partir de tu capacidad de respuesta.

El Centro de la Cabeza trata de la confusión, las dudas y el misterio; que son presiones que todos experimentamos, aunque todos tengamos mayor predisposición hacia una u otra. La cabeza trata de la inspiración mental que potencia la consciencia del pasajero, es donde se aloja el ‘Cristal de Personalidad’; literalmente fuera del cuerpo. La ansiedad es lo que le sucede al pasajero cuando intentas penetrar con tu mente en los túneles bioquímicos del cerebro, identificado con preguntas equivocadas sobre los ayeres y los mañanas, e intentas encontrar hoy las mejores respuestas para las preguntas del mañana. No puedes ver el mañana. Nadie puede.

Sal de esa película, por favor. Y por amor a tu satisfacción hazte la pregunta correcta: “¿QUIÉN SOY YO PARA Mí? Puede que no lo sepa… pero sí que veo lo que hay delante de mis ojos. Ahí está la vida, todo está frente a mí si yo le salgo al encuentro.” Tal vez no necesites saber ahora qué es lo que vas a hacer el resto de tu vida, tal vez simplemente no necesitas saber conceptualmente quién eres. Tal vez es suficiente si sabes cómo moverte en la vida siendo tú mismo, cómo hacerlo todo siendo quien siempre fuiste y nunca puedes dejar de ser. Y luego, dado que estarás satisfecho con lo que haces, la autorrealización traerá una cualidad muy diferente a la que tenías cuando intentabas ser lo que no eras, y no encontrabas más que resistencias en tu camino. Esta nueva cualidad te llevará hasta encontrar el núcleo mismo de tu existencia en tu fuero más interno.

Se trata de la consciencia del pasajero. “No sé quién soy como idea. Soy un pasajero de la forma. Estoy aquí para responder.” Para eso está la cabeza, para recordarte la pregunta correcta (¿Cuál es la pregunta?) Tienes que volver a la pregunta correcta, tienes que volver al dilema existencial que te alinea con la naturaleza inherente a tu tipo. Para eso está. Alinear la consciencia con la forma es de lo que trata la presión de la cabeza cuando se experimenta como inspiración mental y no como ansiedad.
Si eres un Generador y piensas como un Manifestador vas a tener problemas con ambos, tu hacer y tu pensar, y nunca vas a disfrutar del proceso de tu pensamiento porque vas a sentirlo más como preocupación y ansiedad que cualquier otra cosa. Es todo una cuestión de volver a la pregunta correcta.

La Naturaleza del Centro de la Cabeza es inspirar la posibilidad de nutrir un estilo de pensamiento diferenciado. Una vez que te enfocas en pensar quién eres para ti y vives en concordancia con esos principios básicos, cualquier Generador satisfecho con sus respuestas –con el trabajo que hace– pensará distinto a cualquier otro ser humano, verá y se percatará de cosas que nadie más puede ver, porque nadie más hace lo que él hace, como él lo hace, donde él lo hace, con quien él lo hace. Nadie puede ver lo mismo que él desde su perspectiva única y diferenciada porque él es el único que ha estado mirando a través de sus dos ojos a lo largo de toda su trayectoria vital.

Sólo tú puedes ser el TÚ original, no puedes ser el original de ninguna otra cosa. No es que sea lógico, es que es bio-lógico. Cuando entiendes los circuitos comprendes enseguida que hay mucha más energía disponible para ‘creer’ y para ‘saber’ de la que hay para ‘entender’. Aplicar el entendimiento no es algo que los seres humanos hagan por sí mismos, lo cual es bueno para la agenda profesional de los terapeutas, supongo. La mayoría de los Generadores entienden perfectamente cuál es su estrategia y en qué consiste su aplicación, porque no hay nada más simple, pero esto no significa que vayan a vivir siguiéndola, oh, no. Saben exactamente qué significa iniciar, pero no pueden evitar ser indulgentes con ellos mismos y tratar de neutralizar la ansiedad del no saber ‘qué hacer’ del único modo que conocen; hacer algo ‘PRODUCTIVO’.

No inicies el cambio si eres un Generador, simplemente responde al cambio tal y como te sucede. Si intentas iniciar el cambio, te lamentarás cuando haga demasiado sol y también cuando llueva demasiado. No puedes traer el sol cuando llueve, tampoco puedes hacer que llueva cuando hay sol. Todo lo que puedes hacer es responder a lo que está sucediendo en el flujo de tu vida.

Sólo cuando vives una experiencia única puedes tener también una perspectiva única de las cosas a partir de lo que tú mismo has sentido durante la experiencia. Sólo entonces tienes algo verdaderamente único que decir, algo que nadie más puede contar por ti, algo que al escucharlo no provoca la sensación de haberlo escuchado antes en algún otro lugar. Puede ser que alguien haya hablado de lo mismo, pero no dijeron lo mismo ni lo expresaron de la misma manera. Eso es la ‘autoridad externa’; no reinventas el mundo, pero lo ves a través de tus propias lentes –que son únicas– y das a tu auto-expresión tu propia profundidad y tu propio estilo y tu propio espíritu.

Alokanand Díaz del Río

NEWSLETTER Recibe las últimas novedades